Los aceites esenciales naturales son el principio activo y medicinal, el alma, la esencia misma de cada planta y su aroma.

Es la energía más pura.

En el organismo, los aceites esenciales pueden actuar de modo

farmacológico, fisiológico y psicológico. Habitualmente producen efectos sobre diversos órganos, especialmente los órganos de los sentidos, y sobre diversas funciones del sistema nervioso.

Todos los aceites esenciales son antisépticos, pero cada uno tiene sus virtudes específicas, por ejemplo, pueden ser analgésicos, antiinflamatorios, fungicidas, diuréticos, expectorantes, relajantes, afrodisiacos, revitalizantes, circulatorios, etc…

Y,  aunque la mayoría de ellos engloban varias de éstas propiedades, la reunión de componentes de cada uno actúa conjuntamente para darle una característica dominante, que nos ayudará en la selección del aceite en cada desequilibrio o enfermedad.

Son muy concentrados, por lo que sólo se necesitan pequeñas cantidades, del orden de los miligramos, para lograr el efecto deseado.

Se trata de productos normalmente intensamente aromáticos, con un 0% de materia grasa, por lo que no se enrancian, volátiles por naturaleza y de muy poca densidad.

Son insolubles en agua, levemente solubles en vinagre, y solubles en alcohol, grasas, ceras y aceites vegetales. Se oxidan por exposición al aire y algunos de ellos, también por exposición al sol.

Los aceites esenciales están compuestos por moléculas bioquímicas que desprenden por su morfología diferentes aromas, propiedades y energías.

A menudo, estos aceites esenciales ayudan a las plantas en sus procesos de polinización, atrayendo a los insectos con sus olores, y de protección, actuando como repelente contra hongos y bacterias.

La calidad de los aceites esenciales es prioritaria en aromaterapia.

Cuando estamos trabajando con la esencia de una planta, tenemos que tener en cuenta que absorberemos sus propiedades en todas sus formas, ya sea a nivel tópico, a nivel aromático y energético.

Cuando una planta ha sido cultivada, recolectada y procesada de forma natural, ésta conserva todas sus cualidades, por lo que es capaz de, más tarde, transmirnoslas a nosotres.

Los aceites de baja calidad no dan los resultados esperados y por el contrario, podrían crean reacciones alérgicas. 

Químicamente, los aceites esenciales están integrados por, como como mínimo, 100 compuestos químicos diferentes, clasificados como
aldehídos, fenoles, óxidos, esteres, cetonas, alcoholes y terpenos, aunque sabemos que también puede haber muchos compuestos aún por identificar.

Los terpenos o terpenoides son la unidad química mayor y principal de los aceites esenciales, entre los que podemos diferenciar a su vez entre monoterpenoides, sesquiterpenoides e isoprenos.

 

Podemos obtener aceites esenciales de distintas partes de la planta:

* en las flores (como en el caso de la lavanda, el jazmín y la rosa)
* en todo el árbol (como sucede con el eucaliptus)
* en las hojas (la citronella o el laurel)
* en la madera (el sándalo o la canela)
* en la raíz (el vetiver o el jengibre)
* en la resina que exudan (el incienso, la mirra y el benjuí)
* en la cáscara de los frutos (el limón, la naranja y la bergamota)

El método de extracción variará dependiendo de la fracción de la planta que queramos utilizar.

En ocasiones, de una misma especie botánica se pueden extraer diferentes aceites esenciales dependiendo la fracción de la planta que procesemos, con propiedades también diferentes, por lo que es necesario recurrir a la nomenclatura botánica y a especificar de qué parte de ésta especie se extrae el aceite esencial del que tratamos, para evitar confusiones.

Por ejemplo, con la especie Citrus aurantium amara o sea, el naranjo.
De las flores del naranjo se extrae por destilación el aceite esencial nerolí o azahar ; de los frutos recién formados se extrae por destilación el aceite esencial de petit grain y de la cáscara de los frutos ya maduros se extrae por expresión en frío el aceite esencial de naranja().

 

La esencia es una sustancia altamente aromática producida por las plantas en células especiales. Los aceites esenciales son muy

inestables: volátiles, frágiles, y alterables con la luz.

Los métodos más habituales son la destilación por arrastre de vapor y la expresión en frio, ya que son los indicados para la mayoría de plantas, pero existen otros, como por ejemplo, el enfleurage, que es específico para la extracción de aceites esenciales en flores muy delicadas, la maceración, para aquellas plantas que sus principales componentes con propiedades no soportan altas temperaturas o la extracción con dióxido de carbono, un método novedoso y utilizado todavía por muy pocos laboratorios.

Es el principal método para extraer los aceites esenciales de las plantas.
Se trata de destilación al vapor cuando la planta se pone sobre una rejilla y abajo se añade agua que se calienta hasta entrar en ebullición.

El vapor resultante de la ebullición, pasa por la rejilla e impregna a la planta.

El calor y el vapor rompen las células vegetales que contienen aceite esencial y se libera la esencia junto con el vapor, que pasarán a través de un tubo por tanques de refrigeración, donde los vapores se convierten de nuevo en líquidos, recogidos en cubas al final del proceso:

El vapor se condensa en un destilado acuoso (agua floral o herbal, denominado hidrolato) y la esencia de la planta, en un aceite esencial que, por ser más ligero que el agua, asciende a la zona superior de la cuba y puede separarse fácilmente de la parte acuosa.

La destilación también puede serdirecta, cuando la planta (raíces, ramas, hojas, bayas, pétalos) se coloca en agua que se calienta hasta la ebullición. El proceso es el mismo que el anterior solo que el agua está en contacto con la planta y no solo lo está el vapor. 

Los aceites esenciales de limón, bergamota, naranja y  normalmente otros cítricos, se obtienen por expresión en frio de la cascara del fruto,  ya que la esencia se encuentra almacenada en bolsas relativamente grandes localizadas en la capa externa coloreada de la piel del fruto.

Este  método de extracción tiene la ventaja de que al no someter a altas temperaturas, no se deterioran los aceites esenciales.

Es el método tradicional para extraer el aceite esencial de flores delicadas como el jazmín o las rosas.

Consiste en colocar camadas de pétalos sobre un cristal, cubiertas con un aceite esencial tibio y con mucha grasa (antiguamente con tocino o cera).

Después, los cristales donde se encuentran las  rosas se ponen unos encima de los otros. Tras algunas semanas, las flores empiezan a deteriorarse y se cambian por otras frescas.

Posteriormente la grasa que recubre las flores y que absorbe sus esencias, se lava con alcohol para obtener las esencias obtenidas.

Después el alcohol se evapora y de ese modo se obtienen aceites esenciales muy puros llamados absolutos.